2.6.15

SE ACABARON LOS DIAS

Se acabaron los días.
Cuando la noche se comió los pájaros de hierro,
no sintió el frío acongojado en los nervios de cartón.

Siempre la eterna adivinanza de las horas
 convertidas en grasa de camiones.

Impúdicas melodías con redoble de tambor,
picoteaban insolentes,
con reflejos salobres
y escarcha entumecida
entre los ojos.

Cortó la mirada carcomida
de satánicos intentos miserables,
 para colgarse de las nubes traicioneras de sablazos.

Sacó la luz de sus zapatos
con espuelas malheridas y luego...
nada.

Nada que de sus desechos,
solo desmanes con puntillas de bolillo
y sesos de pegajoso de cartón.

Ni histéricos anzuelos para flores
salieron a su encuentro.
Todo que en su mísera pupila.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Pero de esa nada, que dices, brotaron margaritas, "sin duda".
    Un abrazo.

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