(Christian Schloe)
Como una tempestad arreciando en su último despego,
avanzo entre letras derruidas y alambiques de miedo.
Y es mi paso más lento,
entre
súbitas ensoñaciones petrificadas.
Y es mi verbo,
inhumado en tierra hedionda,
entre margaritas marchitas.
Y es mi hálito un suspiro que camina,
entre la verdad que acomoda el tiempo.
Y es mi boca un territorio agrietado,
con besos sabor a escarcha.
Y son mis manos quejidos interrogantes,
ante
sorprendidos disfraces.
Y es mi esqueleto blanco,
un decorado más,
colgado entre bambalinas.
Y es mi piel un vuelo de golondrinas,
que emigran al profundo infierno.
Y es mi sangre un rastro de babosas,
surcando las
arterias de todo mi cuerpo.
Y son mis ojos,
una mirada insondable,
perdida en los ojos,
de todos los ojos del mundo,
adentrándose entre quebrados resquicios,
soltando lastre para seguir
viviendo.
I. Sanchez Vizcaino
Avanzamos así, con el paso del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
El tiempo.... Abrazote Rafael.
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