Esta tierra mía
perfora como una
trepanación
cada rastro y
cada sombra de mi misma
y sobrevuelo a
ras de suelo custodiando mi sombra,
con una cruz y
la mortaja por montera.
ll
Recuérdame que
pase de puntillas,
cada vez que
suene un fogonazo por tu sombra
y se me doblen como juncos las rodillas,
en el juego
tenaz de la sospecha.
lll
Como cometas por
el cielo revolotean
naufragios y
seísmos,
creando una
conmoción desorbitada,
al alba,
se me devuelve
mi nombre,
mi voz y la
cordura,
entonces,
soy vida y fulgor manso.
lV
Ese arrastrar miradas desde adentro,
ese sumar azules desde fuera,
ese transitar por remolinos,
ese caminar descalza sobre el cielo
y seguir despierta
a ras del suelo.
Así es la vida y tu protagonista bien lo sabe, aunque cierre los ojos, aunque sueñe un momento... Porque la vida sigue y nada se detiene.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Nada escapa, la vida es una ruleta impenitente y tarde o temprano has de subir escalon. Agradecida siempre con tus comentarios Rafael. Un abrazote
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