breve intervalo para infringir el caos,
basta
el arrebujo de unos pétalos en forma de palabra
y en
sinfonía convierte el vaivén de la sangre.
Alquimia
de vocablos que transmutan
explosionando
en las entrañas,
irrefrenable
celo poseyendo a voluntad.
Tan
solo un instante en este advenimiento
dictador
de sentencia en arrebatos,
doblegando
impulsos de resistencia.
Candente
lava en latidos,
dulce
vino embriagador
que
vulnera con misteriosa influencia,
doblegando
sin pausa
en
contracciones convulsas.
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