12.1.22

SINSABORES

I
Nunca tuve alondras en el pecho,
ellas huyen como ejército maldito
para no rozar mi piel.  
Soy dueña del código que nunca cuadra,
 engranaje que falta o sobra para terminar la partida.

II
No tengo ni dios ni patria
y en mi boca permanece un carámbano latente
que amedrenta y roba el aire en los latidos.

III
Hay sombras en mi morada y
en los sueños ha quedado encarcelado
un relámpago sin luz,
y una lluvia cálida persiste
y se resiste a abandonarme.

IV
¿Quién rasgará la sombra de horas mal vestidas?
¿Quién cantará la ausencia del latido enmudecido?
¿Quién tatuará el color de la palabra sin destino?

V
El tiempo sin templanza
se desliza inexorable
sin saber dónde está el árbol
de diabólicas raíces,
y el maligno averno vetusto que lo acuna.