11.1.22

SIMBA




Se fue mi compañero de silencios,
mi tierno y fiel peludo se fue.
Deslizándose calladamente
como de puntillas,
se fue para siempre,
descarnándose sin ruido,
poco a poco,
como para no hacer daño.

Se fue hacia donde la sombra no alarga,
donde nada duele,
al paraíso gatuno de los nobles y fieles.

¡Mi bello duende bigotoso,
cuanto sabías de dádivas sin retroceso,
cuando de dolores ajenos se trataba!

Cuánto te debo, amigo de mis silencios doloridos,
cuánto sabias de amor y cuánto te extraño.

Descansa en paz compañero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario