El tiempo nos cambió
la voz y las palabras,
hasta la mirada
tuvimos de nuevo que aprenderla
para conocer el
alcance de los gestos.
Beber de nuevas fuentes
donde encharcar de
miel los ojos,
para colmar nuestros ahítos
de antigua sed y de ternura.
II
El tiempo es un telón
cosido al viento que
deletrea nuestro nombre hasta aprenderlo,
luego sin
consideración..
lo olvida.
III
Adiestramos nuestros
días,
en un enjambre de
hartazgos displicentes,
extirpamos el tiempo
descolgando horas caducas,
sin darnos cuenta..
solo el reloj
sobrevivía.
IV
Maldito tiempo sin
horas
que se acumula en la
mente desangrada,
el reloj grazna sus
horas como un tirano febril.
Sus tic-tac,
se desprenden como pétalos marchitos,
irremediablemente
vencidos.
El tiempo es el culpable y el testigo de lo que somos en el presente y a él nos rendimos tantas veces...
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
El tiempo es un sinremedio para bien o para mal. Besotes Rafael
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