Fue la noche
una vez más,
compañera ineludible
en mis desvelos,
señora de mis
pensamientos.
Que sencillo sería
confundir las ansias
en el profundo abismo de encontrarte,
doblegando esta avaricia manifiesta,
desertar de tu latido
y olvidarte.
Alma de mis deseos,
¿dónde estás?
¿con quién compartes
hoy sueños?
que piel de gloria
visten tus deseos?
¿quién alumbra tus
poros esta noche?
aquellos que un día
ardían con besos.
Presiento que el
cielo confundió los designios
y lucen opacos los astros esta noche.
Hoy será de nuevo la
luna,
lienzo de mil bosquejos
en mis noches sin
sueño.
Versos que se desgranan entre las sombras de la noche y en una vigilia eterna mientras el silencio y la espera son los compañeros de tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
La noche es una compañera recalcitrante y contumaz que muchas veces ayuda a desentrañar el puzzle. Gracias Rafael. Un abrazo
EliminarLa noche, protectora de ensueños y nostalgias. La noche, confidente de vida y anhelos. Hermoso poema, querida Isabel, un beso.
ResponderEliminarGracias Maria. Un abrazote
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