l
Yo,
que convoco la lluvia cuando olvido
nombrarte,
que desdoblo mi sombra para prenderla
en soledades,
reclamo tan solo un pedazo de luna para indultarte.
ll
Me pierdo en marismas cuando bebo tu
ausencia,
pero aún es pronto para doblar la
tarde.
lll
Naufraga de palabras,
me sumerjo en
orillas espesas de la noche.
Conciencia para tus manos sabias.
lV
El reloj grita su tic-tac con vértigo,
con voz de escarcha sonríe,
el pasado siempre nos alcanza.
El reloj suena y tu corazón lo escucha. El alma entonces se pierde entre los sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.