Echo de menos la ternura
cuando el aire viste de vacío,
el frío me entumece y
encrespa las entrañas.
ll
Odio la adulación pegajosa
donde
esconden la doblez los miserables,
dibujando una sonrisa a contrapelo.
lll
Cuantas veces he pensado en clausurar
la fantasía,
que hacen los momentos más amargos
al salir de la abstracción.
lV
De mezclar mi nombre con ausencias,
la memoria derrama sus impostas,
y no encuentro la sombra de mis pasos.
V
Hoy me dolieron más que nunca
sus miradas extenuadas,
la piel que habito
no soporta este atávico cansancio.
Quizás por esa ternura que extraña y precisa tu protagonista, quizás por ello, estos versos son un grito de su alma.
ResponderEliminarUn abrazo.