Hoy no cantan las cenizas,
ni escucho los latidos de la noche,
me sabe amarga la alborada
y en mi lecho..
se retuercen de llanto las ausencias.
Temo perder la sombra en cada esquina
a cada instante de lluvia silenciosa,
y me
visto de ruinas amputadas.
cuando escapan hebras mutiladas por los dedos
Miro los relojes confiscados,
sus espacios de parásitos ausentes,
y alarma el breve tiempo que resta entre las
manos,
para doblar campanas en misceláneas estériles.
Es tarde para matar silencios,
las estaciones delatan furibundas su fatiga,
pertrechada agonía en carreras maltrechas,
odisea titánica en puzles contra reloj.