8.3.12

FILTROS Y CARENCIAS






La noche trae torrentes salados al espíritu.
Sedimentos de abismos y glaciares
hacen cuña,
 barrenando la gran cruz.

Del fondo del vacío retornan fantasmas,
-que insisten insidiosos-
matando viejos sueños.

La eterna melodía de un “te quiero”pasa errante,
dejando las manos en suspenso
en el último ademán de una caricia.

Los anhelos se quedan en nostalgias herrumbrosas,
y el llanto acuna el alma, 
 abrazados a la almohada,
amasando sedimentos y añoranzas.

Al alba, 
el sueño hace presencia sosegada,
y vence con suavidad de bálsamo la herida,
arropando con sus alas, caricias un ayer.



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