12.5.18

RETRATO EN SESGA





Una mujer sentada, 
mirando más allá del vacío,
desgrana un no sé qué en sus pensamientos.
Por el ángulo de su herida
los ángeles mudos gritan un ruido oscuro.
Sus manos desmayadas,
describen lágrimas que nadie quiere leer.

La taza, con huellas de carmín desdibujadas
derramando su café sobre la mesa.

El libro rendido, abierto boca abajo, 
con sus frágiles entrañas aplastadas contra el suelo.
¡Como huele a desahucio ese rincón! 


Su alma, errante de todo lo negado, desierta,
donde un mar atormentado dejó su tributo ,
un ejército de fantasmas destilan una soledad sin epitafio.


Isabel Sánchez Vizcaíno

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