En estos días blandos
se asoman tallando paredes
todas las sombras de angustia,
infinitos momentos de lluvia
que crucifican la carencia de todo lo que duele.
Hoy devoro ese silencio y lo venero
maniatando cicatrices que resurgen cada diciembre
y mientras desembalo esta sacra añoranza,
voy nombrando como una liturgia,
cada ausencia y la convoco,
por si de alguna manera,
pudiesen un año más,
estar presidiendo mi mesa.
Isabel Sánchez Vizcaíno
Sí, son días blandos y especiales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Rafael, en estos días se nota aun más las ausencias. Un abrazo
Eliminar¡Precioso!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias. Besos gordos
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