Llovían
palabras,
palabras
en tormenta y en vendaval,
brotaban
palabras en cascada y en derrame,
palabras
que gritaban y aseveraban,
palabras
que bendecían y maldecían,
palabras
que juzgaban y condenaban,
palabras
que acariciaban y consolaban,
palabras
que amaban y odiaban,
palabras
que vivían y jamás morían.
Ansiaba
con frenesí todas las palabras,
las
absorbía,
con
arrebato las hacía mías,
las
codiciaba como una posesa,
ellas
penetraban y fecundaban,
daban
luz y sosiego,
sobrevivía
con palabras.
Vivificantes
palabras,
que
recomponían revivían,
palabras.. benditas
todas las palabras
Y esas palabras labraron nuestro destino y el de otras muchas personas.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Y que jamas falten Rafael (estoy segura de que a ti jamas) Besotes desde el sur
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