Viajo con esta piel elaborada de mil sesgas,
cosida con ideas y razones,
que dibujo cuando cubre la noche.
Cosecho las palabras que me designan
y no reconozco mi retrato.
Soy mas otra,
la que se desangra en cada vaivén
y no recuerda el margen de cada ola,
a la que invitan los fantasmas al lecho,
donde fermenta la rabia,
ellos sonríen
con sorna, balbuceando un
réquiem.
La que muere de ausencia,
cuando la frialdad fue el mejor regalo.
La que canta odas a la vida,
cuando acosa la desazón.
La que se prende de angustia y zambulle en
lodo amargo,
cuando la cae niebla,
y doblan las campanas y por un sueño.
Mis entrañas no nacieron con diploma,
sobreviven como muere la noche,
irremediablemente.