21.3.12

LATIDOS



I

Ando descalza de motivos y desnuda de razones
para conjugar verbos que rubriquen otros días.

II

Se me escapa y no encajan las dudas primigenias,
de este olvido,
 reclamo insistente que no cesa.

III

Hay un frio mortal en cada ojo que no deja de gritar,
mientras la carne se agrieta entre alfileres.

IV

Sobra la certeza que dan las derrotas del camino,
para enlazar eslabones que rindieron pleitesía.

V

Cuando sorprende una mirada que palpita,
¡siento¡,
aún no es tarde.

VI
Los silencios no matan,
comulgo con mis silencios,
todos tienen nombre propio.

VII

Las manos quedan mudas y duele el aire
cuando acosan las ausencias.
Son momentos de lluvia.

VIII

La nostalgia bautiza hoy el día con un golpe silente,
pálpitos moribundos asoman a la boca
 redimiendo exilios.

IX

Hay algo más despiadado que el silencio,
            y es conocer nuestra propia mudez  amortajada.

X

Mañana,
cuando el silencio sea en mí,
los ojos serán sombra amordazada de mis pasos,
las manos,
marchitas de vocablos,
enmudecerán,
tal vez permanezca el eco de mi nombre,
quizá,
ni el reflejo acústico podrá enlazar mi ausencia.

XI

Reniego de esta noche mendiga de palabras
que  quedan a la sombra,
agazapadas,
temerosas del murmullo a escarcha que acontece,
del frío inmenso que quiebran los  huesos ajados
de tantas muertes que quedaron en la boca.

XII

Un rumor se extiende por la piel,
llama insistente,
memoria de otros cielos,
que delata un rastro de claridad en otra hoguera.
Agua viva que reclama el regazo del torrente adormecido.

XIIl

Yo,  que convoco la lluvia cuando olvido nombrarte,
que desdoblo mi sombra para prenderla en soledades,
reclamo tan solo un pedazo de luna  para indultarte.

XIV

Me pierdo en marismas cuando bebo tu ausencia,
pero aún es pronto para doblar la tarde.

XV

Naufraga de  palabras,
me sumerjo  en  orillas espesas de la noche.
Conciencia  para tus manos sabias.

XVI

El reloj grita su tic-tac con vértigo,
con voz de escarcha sonríe,
el pasado siempre nos alcanza.

XVIl

Echo de menos la ternura
cuando el aire viste de vacío,
el frio entumece  y se
encrespan  las entrañas.

XVIII

Odio la adulación pegajosa
donde  esconden  la doblez  los miserables,
dibujando una sonrisa a contrapelo.

XIX

Cuantas veces he pensado en clausurar la fantasía,
que hacen los momentos  mas amargos
al salir de la abstracción.

XX

De tanto  mezclar mi nombre con  ausencias,
la memoria   derrama sus  impostas,
y no encuentro la sombra de mis pasos.

XXI

Hoy me dolieron más que nunca
sus miradas extenuadas,
la piel que habito
no soporta este atávico cansancio.

1 comentario:

  1. Excelente poemarío querida amiga, en esos latidos que tienen "vida propia" y son un eco de tantas almas buscando su antorcha por la playa.
    El video te ha quedado perfecto.
    Un abrazo Isabel.
    Rafael

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