25.11.15

SEDUCCIÓN PERVERSA



Fantasmas obstinados gritaban,
pugnaban por salir al descampado.

Del dolor,
brotaron raíces,
consagrando sus recuerdos
e impregnando sus sueños
en nostalgias.

¡Te quiero!
-la decía
vomitando su cólera y hombría
hasta dejar tatuada su piel
en verdugones de ira irreverente.
-Ella callaba sometida.
Frenando pavores y congojas
esperó una siguiente acometida.
¿Ves cómo te quiero?
-la decía.
Amordazando ilusiones,
ratificó su mansedumbre
como una vieja letanía.

¿Me amas?
-preguntaba
¡Te quiero hasta la muerte!
-ella contestaba, instigada y convertida.

Fue su último epitafio,
y ella…
le creía.
Isabel Sánchez Vizcaíno

2 comentarios:

Gracias por tu comentario