21.4.15

A FUEGO VIVO

Aquella luz evanescente,
no recuerdo si fue reflejo o ascua,
rozó con sutileza cada poro de mí,
me sedujo,
y en un parpadeo fui gaviota y ascua,
sublimando lo más puro,
quedando suspendido el instante
a  fuego vivo.

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