12.10.13

CUANDO SE DERRUMBAN LOS PÁRPADOS




Sucede,
que en estelas de silencios,
cuando los ojos se derrumban extenuados,
se beben sin remedio sombras y  naufragios.

Sucede,
que en noches de escombros y semillas vaciadas,
el alma queda atónita,
cuando la vida nos sorprende en desacato.

Sucede,
que hay tormentas con desahucios y condenas
y es que, en el verbo conjugado a cuatro manos,
hay  edictos y sentencias promulgando su osadía.

Sucede,
que la carne se desangra y queda herida
con cada beso deseado no nacido,
que la entraña se entumece y hace escombros
a fuerza de caricias dimitidas.

Sucede,
que ante tanto desaliento,
la voluntad se contiene
y se resigna.


1 comentario:

  1. Y es cierto, en la realidad "sucede" todo eso que bien cita tu protagonista.
    Un abrazo.

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